El artículo original está en inglés, traducción por Anetta Gonçalves
¿Cuántas veces la gente te ha dicho que superes algo?. Es molesto ¿no?. Dejar algo atrás no es tan sencillo. A continuación tienes 8 razones por las que superar algo puede ser especialmente complicado para un PAS.
1. La sensación de que “las cosas no deberían ser así”
Tienes razón en que no deberían. Aún así, tu sentido de la indignación ¿te está evitando aceptar, hasta ahora, cómo son las cosas?.
Solo cuando puedes completamente ver y sentir las cosas por lo que son, es cuando adquieres la suficiente perspectiva, necesaria para que no vuelvan a ser así en el futuro (dentro de unos límites, por supuesto).
Nosotros, los PAS, a menudo tenemos un fuerte sentido de justicia. Esto nos ayuda a crear mejores situaciones. Permite a tu enfado por las injusticias alimentar una acción productiva. Cuando el sentido de injusticia es abrumador, confía en que hay una razón por la que esto te ha pasado a tí. Un día serás capaz de ver el verdadero “regalo” entre todo el enredo. Hasta entonces, necesitarás confiar en que una lógica divina y sustentadora está realizando su labor.
2. No solo es “tu historia” la que tienes que superar
Si eres un empático, entonces tus propias experiencias (sentimientos, pensamientos, patrones de respuesta) tienden a entrelazarse con los de otras personas. Esto puede hacer que el superar una situación sea increíblemente duro. Se necesita un proceso diferente para superar nuestra propia “historia” como contrapartida a superar “las historias” de otros. (Contacta conmigo si necesitas ayuda específica para eso).
3. Un sentimiento de culpa
Cuando en el fondo creemos que, de alguna manera, merecemos experiencias dolorosas, entonces será muy duro superarlas. La solución radica en trabajar con la propia culpa latente. La culpa está con frecuencia enraizada en nuestra lógica interior sobre “por qué ocurren las cosas malas”. (Lee más acerca de eso aquí )
4. Problemas en identificar el tema principal
Puede ser complicado seguir la huella hacia aquellos lugares dónde sentimos más dolor. Nuestra historia sobre lo que pensamos que nos sucedió, puede interferir en el camino de encontrar lo que realmente nos sucedió. La comprensión habitualmente viene en diferentes etapas. Si no puedes dejarlo pasar y piensas que sabes exactamente cómo te afectan las cosas, entonces permítete entrar en lo más profundo. Pregúntate: ¿cual es el dolor extraño bajo el dolor familiar?. Una buena forma de hacer esto es identificar dónde sientes el dolor de la experiencia en tu cuerpo. Entonces pon tus manos sobre la zona en cuestión y hazte preguntas, permitiendo descubrir la experiencia que hay en el fondo. Si te da miedo hacer esto solo, entonces pide a un orientador o sanador/terapeuta que te ayude (para eso están).
5. Evitar tu propio “lado oscuro”
Cuando te encuentras atascado en un estado de victimismo, podría haber un deseo de querer hacer que otros sean los malos porque algo de lo que hicieron es algo que reconoces en ti. Centrarte en lo que ellos hicieron te permite evitar cualquier sentimiento sobre cómo quizá tus propias acciones tampoco son del todo instructivas. Si esto te suena, entonces pregúntate si es posible que algo en el infractor te recuerde a ti mismo. Podría ser esa semejanza la que te asusta. Si lo que hizo está claramente mal, ¿entonces, de alguna manera, nosotros también habríamos cometido un error?.
Cuando exploramos profundamente, a menudo las cosas no van a ser tan claras como nos gustaría. En el momento en que podemos mantenernos alejados de sentirnos culpables y de culpar es cuando se hace posible entender cómo funcionan las cosas, en lugar de intentar separar completamente a “los buenos” de los “malos”. Al final, los malos son solo gente con mucho miedo, rabia y odio que de alguna forma carecen de compasión interna al relacionarse con otros. Esto no significa que lo que hacen esté bien. Significa que habrá aspectos de lo que ellos son con los que podemos identificarnos. Todos experimentamos rabia, odio y miedo. Esto no nos convierte en mala gente.
6. Querer todas las respuestas
A veces nuestro cerebro sigue regresando al tema porque algo sobre él no tiene sentido. Si éste es tu caso, ten clara la pregunta que quieres que sea respondida. A menudo son preguntas escondidas las que nos mantienen bloqueados. Cuando no sabemos que estamos buscando, no lo encontraremos. Sin embargo, si la necesidad de respuestas es lo suficientemente fuerte, seguiremos buscando. Así que, pregúntate que es lo que más quieres saber. ¿Qué es lo que quieres que funcione, que es lo que quieres entender?. Una forma genial de conseguir aclararte es hablar con alguien sobre el tema o hacer una investigación. El hecho de hablar o escribir en sí mismo suele crear un nuevo sentido de clarividencia sobre lo que realmente está en juego.
7. Una conexión persistente del corazón
A veces nuestro corazón tiene dificultad en “superarlo”. De algún modo, estamos energéticamente conectados a la situación dolorosa y a las personas involucradas. Si este es tu caso, entonces consigue ayuda “soltando amarras”. Superar algo es mucho mas que una decisión mental, es un proceso de todo el cuerpo. Para nosotros PAS, especialmente, puede haber una discrepancia entre saber de forma racional que deberíamos superar algo y sentirnos emocionalmente incapaces de hacerlo. Una parte de nosotros (que es difícil para nosotros identificar claramente) aún se siente afectada. En este punto es cuando ayuda tener una mirada sanadora y trabajar el tema contigo (¡esto es diferente a la psicoterapia!)
8. El problema tiene beneficios ocultos
Algunas veces podemos no querer dejar atrás el hecho de sentirnos heridos, porque la gente es super amable con nosotros cuando hablamos de nuestro dolor. Si ésta es la situación, encuentra otras formas de conseguir satisfacer esa necesidad de atención compasiva. Considera que alguien que realmente te aprecia, te proporcionará esa atención compasiva aún cuando no estés sufriendo.
Reflexiones Finales
Cualquiera que sea la razón, permítete diseñar tus propias conclusiones sobre lo que está ocurriendo. No dejes que la gente te diga que “deberías” ser capaz de “superarlo” simplemente cuando no puedes. Confía en que cuando no puedes superarlo, todavía hay alguna cosa que tienes que “trabajar”. Como PAS, tendemos a ser muy precisos con respecto a ciertos temas. Nosotros sentimos en todas las formas sutiles en las que algo nos impacta. A menudo los No-PAS también se sienten afectados por temas que piensan que superaron hace tiempo. Se necesita cierta sensibilidad para percibir las conexiones persistentes.
Aparte de eso date cuenta de que mientras “dejar algo atrás” se define a menudo como “librarse de”, es, de hecho, una aceptación absoluta de dejar las cosas ser como son y ocurrir como deben. Cuando no podemos superar algo, estamos de hecho luchando contra la realidad de la situación de algún modo. Puede ser porque tengamos miedo de lo que estamos viendo o porque no tenemos la imagen completa. Algunas veces se necesita una especie de intervención para desconectarnos de una situación. El punto de arranque sin embargo deber ser siempre: ¿qué está pasando?.
Así que empieza así. Empieza examinando qué está pasando. El superar algo es mayormente un sub-producto de la plena revelación. ¡Ah!¿ Y todo ese “rollo” de que el asunto “pertenece al pasado”?. No es así. Si no lo has superado aún, entonces todavía está ocurriendo, aquí mismo, ahora mismo. No se trata de la situación o de las personas en concreto, se trata de la huella que han dejado en ti. Eso es lo que mantiene la vieja experiencia vigente. Ahí además es donde la plena revelación debe tener lugar.
Muchas gracias a la preciosa Anetta Gonçalves por su traducción en español. Desafortunadamente su Pagina FB por más informaciones sobre los PAS en español no existe más.
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